martes, 9 de diciembre de 2014

"El chocolate nos proporciona sensaciones placenteras en momentos determinados"

Hoy contamos con la entrevista a Mª Carmen Nevado Naranjo. Es psicóloga por la Universidad de Málaga y colegiada en el Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental. Es experta universitaria en trastornos alimentarios y obesidad por la Universidad San Jorge de Zaragoza. También es experta  en trastornos psicológicos infantiles y juveniles por la UNED. Su experiencia profesional se basa en el trato a personas con sobrepeso, obesidad y trastornos alimentarios y a personas adictas al alcohol y otras sustancias. En la actualidad compagina su trabajo como psicóloga en una residencia de mayores con el estudio del Máster Oficial en Psicología General Sanitaria. Posee un blog de psicología y colabora mensualmente en el portal Qué Aprendemos Hoy y en Siquia


@mcn_psicologia

-¿El consumo de chocolate podría desembocar en una adicción? ¿Por qué?
Bajo mi punto de vista, y pese a que el chocolate (o más bien el cacao) contiene anandamida (un receptor cerebral que también es empleado por el cerebro para la absorción del THC –cannabis) y un poco de metilxantinas (cafeína), habría que consumir enormes cantidades de chocolate a diario como para considerar que se ha desarrollado una adicción.

En realidad, el cacao no es una droga ni está catalogada como sustancia psicoactiva. Así que, en principio, el chocolate no produce adicción. Sin embargo,  como ocurre y puede ocurrir con todos los alimentos que existen, el componente psicológico es fundamental para desarrollar o no una adicción. De esta manera, lo que quiero decir es que si una persona "aprende" o asocia el consumo de chocolate con eventos positivos (como por ejemplo, que calma la ansiedad o que comiendo chocolate rinde mejor), quizá acabe siendo adicto al chocolate, pero como digo, no porque el chocolate en sí sea una droga o provoque adicción, si no porque la persona ha desarrollado una adicción a la comida o, como se conoce en Psicología, un síndrome de comedor emocional.


-¿Por qué ante una situación de malestar como preocupación, angustia o estrés nos refugiamos en el chocolate? ¿Qué conseguimos?
Cuando nos encontramos melancólicos, deprimidos o con el ánimo decaído, lo que ocurre en nuestro organismo es que a éste le falta hormonas de la felicidad y vitalidad. Entonces, como el organismo es sabio por naturaleza, lo que hace es llevarnos a su búsqueda para satisfacer la falta de serotonina, dopamina y oxitocina (que son algunas de las hormonas que nos proporcionan bienestar y felicidad, pues también están las endorfinas, pero esas las produce el propio cuerpo cuando hacemos ejercicio físico) y, en consecuencia, puede apetecernos mucho más comer chocolate.

La "calma" que nos proporciona el chocolate es debido principalmente a las sustancias que contiene y a las sustancias que hace segregar en nuestro organismo.

Algunas de esas sustancias son las feniletilaminas, la cafeína (en dosis muy muy pequeñas) o la teobromina. Todas estas sustancias son estimulantes del sistema nervioso central, lo que contribuye a la liberación de dopamina y serotonina en el cerebro y, en consecuencia, estas hormonas nos van a proporcionar bienestar.

Por otra parte, las metilxantinas y los antioxidantes que contienen el cacao actúan como vasodilatadores y como activadores de la circulación, lo que en cierta manera, también contribuye a que nos sintamos mejor.

-¿Podríamos afirmar que las mujeres acuden más al chocolate que los hombres en esas situaciones de malestar? ¿Por qué?
En principio, tanto hombres como mujeres pueden acudir y acuden al chocolate. Sin embargo, es cierto que las mujeres sufren más cambios hormonales debidos al propio funcionamiento de su organismo y a los cambios que se producen debido al desarrollo y a la edad (adolescencia, menstruación, madurez, menopausia…) y, además, según está demostrado científicamente, la mujer es mucho más propensa a desarrollar trastornos del estado de ánimo como distimia, depresión mayor o simplemente melancolía. Entonces, según esta lógica y desde mi propio punto de vista, las mujeres tendrían cierta tendencia a acudir más al chocolate que los hombres.


-¿El chocolate produce un efecto de serotonina en nuestro organismo? ¿Por qué?
Efectivamente, el chocolate, casi prácticamente desde el momento en el que lo ingerimos, y debido a todas las sustancias antes mencionadas, provoca en nuestro organismo la segregación de serotonina.

-¿Hasta qué punto el chocolate hace que nos sintamos mejor?
Creo que el chocolate por lo que ya he comentado, contiene muchas sustancias que nos proporcionan bienestar, pero el sentirnos bien también tiene una parte subjetiva y psicológica que depende de cada persona.

-¿Podríamos considerar el chocolate como un antidepresivo natural? ¿Qué eficacia tendría?
Sí, pero sólo momentáneamente y no como un antidepresivo continuo.

-¿Una persona con sobrepeso u obesidad debería evitar el chocolate en su dieta o puede ser un aliado para perder peso?
Las personas con sobrepeso u obesidad han de llevar una dieta hipocalórica pero variada basada en la dieta mediterránea, es decir, una dieta que incluya aceite de oliva y frutos secos como fuente natural de grasa y antioxidantes, pescados y carnes blancas, legumbres, cereales y pan integral, lácteos bajos en grasas y muchas frutas y verduras. Eso no quita que, como hay que comer de todo, de vez en cuando no puedan comer un poco de chocolate y darse el gusto, claro que sí. Eso sí, una persona con sobrepeso debe comer  (si come) chocolate puro o chocolate negro y evitar los chocolates con leche  y derivados como snacks, galletas, cereales y todo tipo de bollería industrial, pues han sido mezclados con otros ingredientes como azúcares, leche, colorantes, conservantes… que eso sí que engorda.

-¿Se puede considerar este producto como un afrodisiaco? ¿Por qué?
Sí, sin ninguna duda. Los flavonoides que contiene el chocolate actúan como vasodilatadores, por lo que la sangre fluye con más facilidad y llega a más zonas del cuerpo, incluyendo las zonas íntimas, por lo que, si pasa más sangre por esas zonas, el deseo sexual es muy lógico que se vea incrementado, por lo que podemos considerar el chocolate como afrodisíaco, eso sí, siempre que sea chocolate negro que es el más puro.

-¿Es recomendable utilizar el chocolate para ‘ahogar’ las penas?
Desde mi experiencia como psicóloga y como experta en trastornos alimentarios, no recomiendo el chocolate ni ningún otro tipo de alimento, sea cual sea, para "ahogar las penas" puesto que las penas no desaparecen ni se ahogan comiendo, al contrario, el comer asociado a emociones negativas como tristeza, ira, angustia, rabia… puede desembocar en trastornos psicológicos más graves como el síndrome del comedor emocional, trastorno por atracón, bulimia o anorexia nerviosa, obesidad o trastornos de ansiedad y, además, no vamos a solucionar nuestros problemas.

Así que mi respuesta es tajante: no, no recomiendo el chocolate ni ningún alimento considerado como "calmante" (helados, palomitas, frutos secos…) para ahogar las penas.

-¿El chocolate puede ayudarnos a ser un poquito más felices? ¿Por qué?
El chocolate nos proporciona sensaciones placenteras en momentos determinados, claro que sí. Pero en ningún caso el chocolate por sí solo nos va a hacer más felices, pues la felicidad es un concepto muy abstracto que cada persona siente e interpreta desde su punto de vista y teniendo en cuenta varios factores y circunstancias como la autoestima, el nivel económico, el lugar de residencia, el entorno social, la estabilidad emocional de cada persona, la familia, la pareja… es un concepto muy personal.


No hay comentarios:

Publicar un comentario